
San Gimignano: La Ciudad de las Torres
San Gimignano fue fundada por los Etruscos en el Siglo III a. de C. en un lugar estratégico de la Vía Francígena.. Los primeros documentos escritos que se conservan de la ciudad datan del Siglo V, cuando el obispo Gimignano defiende la ciudad de las hordas de los Hunos de Atila.. La historia de sus torres arranca en el medievo, cuando las familias más poderosas de la ciudad erigen en sus casas elevadas torres para defenderse de los ataques del enemigo y para demostrar su poder.. Existió una lucha real por poseer la torre más alta; pero con una condición, no superar en altura a la torre Comunal..
En la época de mayor esplendor, San Gimignano llegó a tener 70 torres.. En la actualidad, se conservan sólo 14. La más importante es la Torre Grossa de 54 m de altura, levantada en el Palacio Comunal junto a la catedral. Le sigue en importancia y altura, la Torre Rognosa de 51 m, levantada junto al palacio Viejo de Podestá y edificada en el Siglo XIII..
San Gimignano es una ciudad ideal para pasear al atardecer, cuando las mareas de turistas abandonan el centro histórico y las calles; débilmente iluminadas, recobran ese aspecto medieval y misterioso que la hace un lugar tan peculiar.. Nosotros dedicamos el día para callejear por sus dos calles principales; San Matteo y San Giovanni y por sus cuatro plazas : Piazza della Basílica, della Cisterna, Erbe y delle Pecori.. En las dos primeras plazas, se encuentran los principales palacios de la ciudad y el Duomo.
La plaza de la Cisterna, es la más animada de la ciudad y donde se encuentran algunos de los edificios y palacios más importantes. Durante la mañana, la plaza es un hervidero de gente, que pulula por los alrededores de la Cisterna para terminar sentados en sus escalones y contemplar el alboroto y el trasiego de personas que deambulan de un lado para otro..
La Catedral de San Gimignano; llamada de Santa María Assunta, se alza sobre una amplia escalera en la Piazza del Duomo. Su fachada; de estilo románico, es de mármol Travertino y en su interior destacan 14 grandes columnas de estilo Toscano que soportan poderosos arcos. Las paredes están profusamente decoradas con frescos que representan escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. La Basílica conserva una espléndida bóveda de crucería pintada de azul..
La joya de la catedral es la capilla Renacentista de Santa Fina, patrona de la ciudad. Santa Fina, fue una joven de San Gimignano que una grave enfermedad dejó inmovilizada y quiso reposar el resto de su vida sobre una tabla, pasando múltiples calamidades y sucesivas desgracias… Al morir, florecieron sobre la tabla delicadas violetas amarillas.. Todos los años cuando llega la primavera, Las violetas de Santa Fina, brotan por toda la ciudad.. En la capilla, intervinieron algunos de los grandes arquitectos, escultores y pintores del Renacimiento. Entre ellos; destacó Doménico Ghirlandaio, Maestro de pintura del genial Miguel Angel..
Seguí paseando por la vía San Matteo y levanté la vista ante las torres Salvucci; unas de las más altas de la ciudad. En una de sus esquinas superiores, destaca la figura de una estatua que representa a un hombre desnudo, obra del londinense Antony Gormley. La escultura fue duramente criticada cuando se inauguró por su “destacado” realismo anatómico.. Aunque hoy en día, es una más de las características curiosas de San Gimignano…
El resto de la tarde, lo dedicamos a visitar el antiguo ayuntamiento del Siglo XIII. En el edificio se encuentra la sala Dante; como recordatorio de la visita que hizo a San Gimignano el genial escritor. La sala está decorada con frescos que representan torneos de caballerías y escenas de caza. En la segunda planta, se ubica la Cámara del Podestá, máxima autoridad de la ciudad de San Gimignano, también decorada con frescos que representan escenas de su actividad..
Al atardecer, nos sentamos en una plaza algo alejada del centro. Aunque la “marea” de turistas ya había abandonado la ciudad, aún se notaba algo de movimiento por las calles..Cenamos comida típica de la zona.. Espaguetis carbonara, lasañas y algún risotto..Todo regado por un excelente vino local Vernaccio di San Gimignano, elaborado desde la época de los Etruscos con las viñas que rodean la ciudad..
La noche estaba espectacular…Las torres; muy bien iluminadas, destacan sobre los edificios y reflejaban su sombra muy alargada sobre las piedras del pavimento. Las tenues luces de colores cálidos, daban un aspecto muy especial a las calles que invitaba a pasear..En un corto callejeo, nos acercamos hasta la plaza de la Cisterna y entramos en la famosa Gelatería Dondoli, ganadora en varias ocasiones de premios internacionales por su originalidad y calidad.
)Allí pudimos comprobar la extensa variedad de helados entre los que destacan el Dolceamaro.. Una crema de vainilla con hierbas aromáticas y chocolate con naranja..
La crema de Santa Fina, especie de crema de vainilla con azafrán y piñones y el champelno, un sorbete de pomelo con vino espumoso de Vernaccia..¡Una explosión de sabores y originalidad!..
Nos sentamos en la gran escalera de la catedral para saborear los helados.. Una joven bailaba al ritmo de unos músicos, que tocaban una guitarra y una flauta.. )El silencio en la plaza era total y envolvente..La joven se movía con soltura a la vez que agitaba un ligero pañuelo entre sus manos al suave ritmo de las diferentes melodías..
Nos deleitaron con varias canciones muy conocidas para nosotros y para finalizar nos regalaron una bella versión de Summertime; cuya interpretación del genial Louis Armstrong y Ella Fitzgerald, se ha convertido en una de esas canciones inolvidables….
Sensaciones extremas en un lugar especial, a una hora apropiada y en un noche inolvidable…En la plaza sólo se escuchaba el leve sonido de la música..Y más arriba en el cielo, miles de estrellas brillaban de una forma especial.