Circo de Autoire
Teníamos la idea de visitar alguno de los pueblos más interesantes del departamento de Lot, en Occitania (Francia) y por carreteras algo sinuosas, paramos en el cañón de Alzou. En la amplia ladera a 120 m. de altura, se encuentra la impresionante silueta de Rocamadour, un lugar mágico que parece suspendido sobre las rocas y protegido a la vez por una espesa vegetación. Seguimos nuestro recorrido con la idea de volver al atardecer, tras visitar la localidad de Autoire y su curioso circo. 
Los orígenes de Autoire se sitúan en el S. XI y estuvo muchos años bajo el mando del Vizconde de Turenne. Durante la guerra de los cien años; enfrentamiento feudal que surge entre Francia e Inglaterra para resolver quien controlaría las enormes extensiones de tierra que los reyes ingleses habían conquistado en suelo francés, Autoire fue levemente perjudicada.. Es con los Calvinistas cuando la ciudad es arrasada en el año 1562.. De esta destrucción tardaría muchos años en recuperarse..
Hoy día es una bella localidad, rodeada de varios castillos, viñas y árboles frutales. Pasear por sus calles empedradas con casas de entramado de madera y curiosas ventanas de piedra, es una vuelta al pasado y un placer para los sentidos.
Entre sus viviendas destacan dos de singular importancia y hoy convertidas en alojamiento para los visitantes, El Manoir o señorío de Laroque Delprat, mansión del S. XVII con escalonados y suntuosos jardines y la mansión Busquelles; también del S. XVII. 
Llegamos hasta el acantilado donde se ubica el Castillo de Limargue, bello edificio que guarda la leyenda de Lafon, un caballero que combatió en numerosas batallas con gran valentía. El rey Carlos III le concedió el derecho a construirse una fortificación como premio a su lealtad..La construcción tiene varias curiosidades; como una torre circular con una escalera de caracol que conduce a los cinco niveles de la torre..
Volvimos hacia el pueblo hasta la plaza, rodeada de cafés y tiendas. En el centro destaca una curiosa fuente decorada con unos delfines de bronce, Su origen es del año 1860 y fue sufragada por una suscripción popular de los habitantes del pueblo.
Iniciamos nuestro recorrido hacia la Cascada de Autoire; uno de los motivos que nos hizo visitar esta preciosa población. 
El sendero de unos dos km atraviesa bellos paisajes con abundante arboleda y variadas especies vegetales. El recorrido; bastante concurrido, se realiza sin problemas y sin demasiado desnivel. 
Durante el recorrido comprobamos que estos acantilados son muy apropiados para la práctica de la escalada. Existen numerosas vías de acceso a las paredes verticales en diferentes zonas de las rocas.
Seguimos nuestro itinerario y observamos a diferentes aves rapaces que vuelan sobre nosotros y se acercan a los nidos situados en las escarpadas paredes. 
La vegetación que nos rodea; de un intenso verde, desprende un fuerte humedad y hace que el terreno sea algo resbaloso, esto hace que caminemos con mucha precaución..
Al final del sendero, las elevadas paredes se unen y forman una pequeña curva y en medio de la vegetación; se precipita desde una altura de 33m la cascada, que salpica con miles de gotas a las plantas que la rodean, produciendo un bello y colorido efecto.. 
El lugar tiene mucho encanto y sólo se escucha el sonido del agua saltando sobre las rocas. Tuvimos la suerte de encontrarnos con escasos senderistas y pudimos sentamos un buen rato a escuchar el sonido del agua y varios pájaros que se acercaban a las rocas para beber agua..
El camino de vuelta lo realizamos muy relajados y nos acercamos hasta Loubressac, otro de los bellos pueblos de esta zona…Dimos una pequeña vuelta y regresamos a Rocamadour.. 